sábado, 31 de enero de 2009

Axioma N° 12: Las anécdotas son armas de doble filo.

Sí. Hay que blanquearlo.

Sabemos que todo el mundo tiene anécdotas. Algunas personas más y otras menos. Pero todos tenemos esas historias cortitas que contamos en reuniones, para traer al presente, algún hecho curioso o gracioso del pasado.

Siempre que nos juntamos entre familiares, amigos, compañeros de estudio o de trabajo surgen anécdotas espontáneamente que nos hacen reír y recordar.

Siguiendo con un análisis más interno, podemos determinar la línea de vida y su forma de hacerse presente en una reunión.
Veamos un típico caso de aparición de una anécdota en una reunión

(dentro del paréntesis la situación de la misma).

1. X cantidad de amigos/as se van de vacaciones juntos a Gesell.

(nacen varias anécdotas).

2. Terminan las vacaciones y todo vuelve a la normalidad.

(anécdota dormida).

3. Al tiempo se reúnen las personas y empieza la charla.

(anécdota desperezándose).

4. Aparición de algún vaso de cerveza u otro líquido, no necesariamente alcohólico, aunque el alcohol es como un fósforo al lado de una garrafa de gas abierta para las anécdotas.

(un balde de agua helada cae en la cara de la anécdota, volándole las lagañas de los ojos).

5. Una de las personas comienza a contar algo sobre las vacaciones a Gesell.

(la anécdota se lava los dientes desesperada y se peina el flequillo).

6. Hay unos segundos de silencio y todos/as miran a la persona que se quedó dura en un sofá, cruzada de piernas, con los ojos vidriosos, bien abiertos y con una leve sonrisa en la jeta.

(la anécdota va corriendo hacia el exterior, a una velocidad imposible de detener).

7. La persona del sofá mira al resto, abre la boca y dice: “Se acuerdan cuando…”

(la anécdota salió, cumplió su objetivo y volvió).

8. Risas, alaridos, palmadas, abrazos, golpes en la mesa y alguna que otra lágrima, son solo algunas de las reacciones que provocan las anécdotas.

(mientras esto ocurre, ella vuelve a dormirse, hibernando a la espera de una futura reunión).

Estos 8 pasos, determinan el ciclo vital y resumiendo son estos:
1. Nace.
2. Duerme.
3. Hace fiaca.
4. Reacciona violentamente ante un estímulo.
5. Se emprolija, acicala y emperifolla.
6. Corre como loca.
7. Ve la luz y Provoca reacciones varias en los presentes.
8. Vuelve a dormir.


¡Pero cuidado! No todo lo que brilla es oro; ni todo lo que es oro, es… bueno, no sé que quise decir, pero se entendió.

La cuestión es que no todas son buenas. Parece obvio, pero no hablo del carácter de la anécdota, sino del contexto. Hay que tener mucho cuidado con estimular a una anécdota en un lugar inadecuado o ante las personas incorrectas, porque puede provocar consecuencias indeseables, situaciones engorrosas o peor aún, catástrofes nefastas.

Acá les dejo algunos ejemplos, para que vean cuando una anécdota está mal utilizada (cada uno pondrá en los puntos suspensivos el nombre de algún amigo/a o conocido/a).

Anécdota 1: “Te acordás cuando …………… salió corriendo al baño y llenó la pared de choclos!”
Nota: Todo bien, excepto por la cara de la novia de …………… que lo mira asustada.

Anécdota 2: “Cuando …………… se cayó y se rompió la rodilla y la remera, del pedo que tenía”.
Nota: Todo bien, excepto por la cara del padre de …………… al que le dijeron que a su hijo se había caído de la moto (pero nadie explicó por qué le faltaba plata).

Anécdota 3: “Y cuando en el boliche contra la pared, a …………… le veíamos solo los brazos”.
Nota: Todo bien, excepto por la cara de la hermana del pibe que estaba a los besos con …………… y tenía sobrepeso.

Anécdota 4: “Y cuando …………… desapareció de la fiesta media hora y dijo que fue al baño”.
Nota: Todo bien, excepto por las 4 hs. que le llevó a …………… explicar la situación a su media naranja.

Anécdota 5: “Lo bueno que estuvo el día en el cabaret que…”
Nota: Todo bien, excepto por el alarido de la madre de uno de los supuestos concurrentes al antro que gritaba desconsolada: “mi hijo NUNCA iría a una pocilga de esas”.

Y la lista sigue y sigue infinitamente. Todos podemos agregar una anécdota contada en un mal momento, pero de cualquier manera, aunque el resultado de la misma sea el esperado o no, ellas son necesarias para la vida y especialmente para la amistad de las personas.

PERO HAY MAS! Y SE PONE PEOR!

Tenemos que tener en cuenta que las anécdotas también son atacadas por agentes externos, que la obligan a mutar. Entonces... con el correr de los años pasan a ser totalmente distintas de lo que eran originalmente (una variante).

Es por eso que aparecen los cambios, como por ejemplo:

ANTES: "y eramos 6 en auto".
DESPUES: "y eramos 13 en el auto".

ANTES: "y Juan no pagó la entrada".
DESPUES: "y nos colamos todos, eramos 32".

ANTES: "nos desviamos 13 km."
DESPUES: "estábamos en otra provincia, sin nafta y sin agua potable".

ANTES: "llegó justo al baño".
DESPUES: "y era una lluvia de choclos".

ANTES: "trabaron la pelota y se cayeron".
DESPUES: "trabaron, volaron las zapatillas 25 metros, la pelota se arruinó y creo que se fracturó el quinto metatarsiano del pie derecho, o algo así".

ANTES: "saqué 20 pescaditos".
DESPUES: "UN TIBURÓN ERA! CASI ME SACA LA CAÑA".

ANTES: "tenían un equipazo, te acordás".
DESPUES: "les hicimos partido a los putos esos, si hasta pidieron un tiempo muerto para organizarse los cagones y nos enfriamos".

Así pasa siempre, y las anécdotas mutan su estructura, hasta llegar a ser en algún momento de la historia, nuevas fábulas, que todos escuchamos, todos decimos que sí con la cabeza y con nuestra risa, pero nadie se acuerda como pasó realmente.

Y un detalle más, y tal vez el más importante. Si miramos bien el ciclo de vida de una anécdota, vemos que hay una diferencia con respecto al de los humanos.
Siempre, mientras una persona la recuerde, aunque sea a la distancia, las anécdotas nunca mueren. Y así, nos llenan de buenos momentos y nos muestran quienes nos quieren y transitaron la vida con nosotros.


Ma bien!

PD: si alguien va a agregar una anécdota ponga ......... jajajaj (especialmente el Conde).